Isabel de la O se ha consolidado como una de las voces más singulares del arte contemporáneo español, reconocida por su innovador uso de las resinas como lenguaje plástico y por una obra profundamente vinculada a la materia y la identidad.
Además de su labor artística, también imparte charlas sobre técnicas pictóricas en instituciones como el Museo del Prado, el Museo Reina Sofía y la Universidad de Beijing.
Su dominio de las resinas epoxídicas y poliacrílicas mezcladas con pigmentos —que ella misma fabrica— ha dado lugar a una trayectoria prolífica, con presencia en más de un centenar de exposiciones. Pero, ¿dónde trabaja esta creatividad? ¿Desde dónde prepara sus próximas piezas para varias ferias de arte contemporáneo?
La respuesta está en su estudio, un lugar tan sorprendente como su obra: una antigua fábrica de piensos de principios del siglo XX rehabilitada y transformada en un taller de creación con una atmósfera tan poderosa como auténtica y que ha llamado la atención de programas culturales como La Otra Agenda de Telemadrid.
Situado en Madrid, encontró en su interior el lugar en el que dejar volar su creatividad, el espacio donde papeles de distintas culturas y objetos reciclados se unen a sus resinas para crear líneas como “Tribus”, una reflexión sobre la identidad colectiva o “Tondos”, composiciones circulares que representan instantes de la naturaleza y que fueron concebidas con la técnica de las veladuras, tan conocida gracias a los artistas flamencos.
La fábrica es un espacio de gruesos muros y techo abovedado que cuenta con los ventanucos y la estructura de las ventanas originales de la factoría. La adaptación de estos elementos a los requisitos industriales de la época hacen del estudio un lugar único de especial inspiración para la artista.
La recuperación de esta fábrica se enmarca en una tendencia creciente en Madrid: la rehabilitación de edificios históricos con nuevas funciones culturales. Solo en los últimos años, se han invertido más de 218 millones de euros en este tipo de proyectos, que permiten no solo conservar el patrimonio arquitectónico, sino devolverle un papel activo en el presente.
“El estudio es un lugar de alquimia. Aquí todo se transforma. Desde los objetos encontrados a los materiales más habituales, todo forma parte de la propia obra de arte”, afirma la artista, que actualmente se encuentra preparando ferias de arte contemporáneo como Estampa y una retrospectiva de su trayectoria en la Catedral de Ávila para este otoño.
Avila Noticias
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